La entrada soterrada del AVE y de la línea de cercanías permiten nuevas comunicaciones en superficie - Los vecinos reclaman al ayuntamiento que termine su parte y ajardine las parcelas

La calle San Vicente y su prolongación por Soto Micó eran la única vía de comunicación que tenían los vecinos de esta parte de Valencia para ir de un lado a otro. Si no era por allí, tenían que dar la vuelta por los puentes que cruzaban las vías, una tortura para los viandantes y muy especialmente para los colegiales que tienen que cambiar de un barrio a otro para asistir a la escuela o al instituto, según el caso.
El soterramiento de las vías a lo largo del año pasado devolvió a los vecinos la esperanza de unir ambas zonas y así se lo hicieron saber, a través de sus asociaciones, a los representantes municipales. Querían, según dijo Vicent Soler, secretario de la asociación de San Marcelino, urbanizar la superficie y acabar con el aislamiento. Debían hacerlo, además, sin solución de continuidad, sin demoras.
Y así ha sido, al menos en parte. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) ha materializado su compromiso y ha resuelto en lo básico el problema de la comunicación, tanto a pie como en coche. En la unión de San Vicente con Soto Micó ha construido una gran rotonda y lo mismo ha hecho para empalmar la calle Alcalá de Chivert con Salvador Perles. Ambas glorietas están unidas por una carretera que recorre lo que eran las vías y de cada una de ellas salen entradas a los barrios, incluyendo acerados y pasos de peatones. También se ha colocado el alumbrado.
Comunicación fluida
El resultado es un intenso tráfico de personas entre ambas partes, sobre todo en horario de entrada y salida de los colegios e institutos. Incluso los comercios lo han notado en sus negocios, asegura Vicent Soler.
Pero no todo está terminado. El dirigente vecinal de San Marcelino advierte de que aún está por hacer la parte que corresponde al Ayuntamiento de Valencia, que le consta, precisa, que ya está trabajando en ello. En concreto, recuerda que hay que ajardinar las pastillas de terreno que han quedado libres, poniendo farolas, mobiliario urbano y todos los servicios propios de unas zonas verdes.
Así mismo, cree que sería bueno hacer nuevos accesos para peatones a través de estos jardines, pues eso acorta el camino en algunos trayectos. De hecho, los técnicos de ADIF han creado alguno de estos carriles cubriéndolos de grava para que puedan pasar los peatones y no se hagan charcos en invierno.
El «Parque Central» empieza por la cola

Fotos: V.Soler
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