Premsa

Los barrios reivindican su patrimonio rural
La exposición vecinal de la Semana Ciudadana denuncia el abandono de una decena de molinos y alquerías
27.06.2009 - J. BATISTA VALENCIA

Hace 20 años, la Casa Vallbona de San Marcelino se mostraba en todo su esplendor. Esta muestra fiel de una casa campesina todavía estaba rodeada de verde huerta y lucía un precioso aspecto exterior. En la actualidad, las reiteradas ocupaciones y la falta de vigilancia la han marcado (y degradado) por completo. Se trata de una de las numerosas construcciones rurales que se exhiben en la exposición fotográfica que la Federación de Vecinos mantiene en el centro cultural Pechina, dentro de las actividades habituales de la Semana Ciudadana.
De las 17 asociaciones vecinales que han plasmado la situación de sus barrios mediante instantáneas, diez de ellas han incidido en la necesidad de recuperar el patrimonio arquitectónico, especialmente el rural, pues consideran que se puede aprovechar dándoles un uso ciudadano.
Buen ejemplo de la situación es el barrio de San Marcelino, donde se muestran tres construcciones rurales, dos de ellas muy deterioradas. El mejor ejemplo es el Molí de la Closa, pero sólo es identificable por el rótulo que acompaña la foto, pues el patio está hasta arriba de basura. Se trata de un inmueble situado frente al tanatorio municipal, bien conocida por los conductores de la V-30.
Pese a su triste situación, tiene sus orígenes en la época bajomedieval, aunque la construcción actual procede de una reforma integral del siglo XVII. Y en la actualidad sirve de refugio de grupos marginales. «Si no se pueden rehabilitar porque no han sido expropiadas, es necesario que se tomen otras medidas, como un vallado que impida ocupaciones que aceleren su degradación», según el portavoz vecinal Vicent Soler.
Uno de los primeros paneles que se encuentra el visitante es el de Nou Moles. Los vecinos han optado por una curiosa forma de reivindicar, pues muestran figuraciones virtuales de cómo les gustaría que fuera su barrio. Y una de las imágenes es la alquería de les Ponses, también abandonada y con un grave problema de palomas en su interior, como explicaba la presidenta vecinal, Casilda Osa. En este caso, los vecinos reclaman que se rehabilite para que pueda acoger un centro de mayores. De momento, redes de seguridad cubren las fachadas para evitar desprendimientos.
Marxalenes también expone alquerías. La vieja aceitera, con andamios a medio levantar tras el último incendio, forma parte del parque de Marxalenes. Lo mismo sucede con la alquería del Boro, que goza de protección urbanística y está tapiada para evitar nuevas ocupaciones.
Los vecinos de la Cruz Cubierta también exigen la recuperación del patrimonio, en este caso industrial, y muestran el interior de una de las viejas naves de la calle Mossén Febrer, refugio de indigentes. «Y en el barrio no tenemos ningún servicio básico, como un centro sanitario, polideportivo o biblioteca», apuntaron desde la asociación.
Ciutat Fallera aporta instantáneas de la alquería del Moro y la Torre, está última ocupada en la actualidad, mientras que el Cabanyal denuncia el derribo del horno de la Estrella, que incluía un bonito mirador.
Otros actos
Benimaclet llama la atención sobre el estado de la alquería de la Purísima, donde quieren que se habilite un centro de día, mientras que Benicalap incide en la del Moro. Por parte de Torrefiel el protagonismo es para la Alquería Falcó y para el degradado entorno de San Miguel de los Reyes.
Los últimos actos de la Semana Ciudadana se organizan hoy, con una conferencia con el título Luces y Sombras de los Grandes Eventos. Además, ayer se entregaron los Premios Federación, tras la tradicional cena vecinal.